viernes, 15 de julio de 2016

Hablemos de los más famosos bares de La Habana (II)

los más famosos bares de La Habana

Aquí te dejo la segunda parte de un excelente escrito del periodista Ciro Bianchi sobre este tema. Espero que lo disfrutes y compartas.

Los más famosos bares de La Habana (II)

Una incógnita

Si es posible precisar el origen de muchos cocteles y mencionar a sus creadores por su nombre, el Cuba Libre queda en el misterio. Todavía a fines del siglo XIX no se conocía en Cuba la palabra coctel. La ginebra superaba al ron en el gusto de los bebedores y se hablaba de compuestos, achampanados y meneados.

La intervención militar norteamericana puso una nota de modernidad en los bares cubanos, y ron, refresco de cola y hielo hicieron una mezcla de campeonato. Cesó el coloniaje español, la Isla quedó bajo la égida de Estados Unidos y nació una república mediatizada. Pero la gente, con una buena dosis de ingenuidad, levantaba su vaso y decía: Cuba Libre.

En 1902 surgía el bar La Florida que, con el tiempo, pasó a ser el Floridita, y existían ya entonces el American Club, que quebró y reabrió después y la cantina que daba servicio a las tropas norteamericanas destacadas en el campamento de Columbia. Existía, como ya se dijo, el Dos Hermanos. Se habla, asimismo, de un bar Americano, que el escribidor no ha podido localizar, si es que existió. En cualquiera de ellos pudo surgir el Cuba Libre.

La deliciosa mezcla de ron, Coca Cola y limón, que da como resultado al Cuba Libre, es quizás una de las combinaciones más conocidas a nivel mundial. Pero su relevancia y significado puede ir más allá de eso, ya que es un trago que hace honor a la libertad de Cuba tras la guerra de independencia.

Los orígenes del Cuba Libre se remontan a principios del siglo pasado, justo al final de la guerra de independencia cubana. Aunque existen distintas versiones, la más conocida, y que cuenta con mayor credibilidad, es que estaban algunos soldados reunidos en un bar durante la ocupación de Estados Unidos en Cuba, corría 1900, y aún reinaba el clima de celebración, cuando uno de los soldados presentes ordenó los ingredientes que dan como resultado a la Cuba Libre: ron, Coca Cola y limón.

Aquel soldado, al tener su trago listo, alzó su copa y brindó al grito de ¡Por Cuba Libre!, una frase con la encendió la celebración de todos los que se encontraban en aquel bar.

Otra versión señala que las tropas, lideradas por el mismísimo Teddy Roosevelt, celebraron con Cubas Libres tras una serie de batallas exitosas en Cuba. Lo incoherente de la historia es que toma lugar en 1898, y la Coca-Cola no estaba disponible en el país para ese momento.

Hay, incluso versiones más detalladas, que aportan hasta la identificación de un capitán de los Estados Unidos como la persona que ordenó la bebida en aquel bar.

Por su parte, la popular marca de ron, Bacardí, describe un escenario en el que el propietario de un bar de La Habana llamado “Barrio” creó la bebida para los clientes estadounidenses que residían en la isla, que aprobaron el trago inmediatamente y brindaron ruidosamente con la famosa frase y así es cómo trascendió.

Ciertamente, determinar el momento exacto en el que nació el Cuba Libre podría ser tan complicado como determinar el origen de una leyenda urbana. Sin embargo, de lo que no queda duda es que un Cuba Libre representa el sentir de libertad de toda una nación.



La Bodeguita del Medio entusiasmó a los visitantes. Su fundador, Ángel Martínez, repetía que a los 12 años de edad su padre lo condenó a cadena perpetua detrás de un mostrador. En 1942 compró el establecimiento que entonces se llamaba La Complaciente y que no era más que una bodega de barrio. Allí su esposa Armenia comenzó a cocinar para unos pocos clientes, entre ellos Felito Ayón, un animal de la noche habanera que se vincula, como impresor, a hitos imprescindibles de la poesía cubana, como la Elegía a Jesús Menéndez, de Nicolás Guillén con dibujos de Carlos Enríquez. Felito, que tenía su negocio en la misma cuadra de lo que se llamaba ya La Casa Martínez, decía a sus clientes: «Si no estoy en la imprenta, búscame en la bodega, una bodeguita que está en el medio de la calle». De ahí surgió La Bodeguita del Medio, algo tan obvio que a nadie se le ocurrió antes. Así se llama este establecimiento desde el 26 de abril de 1950. Martínez terminó desembarazándose de los víveres y licores habituales en las bodegas y puso unas pocas mesas en el reducido espacio de que disponía, creció la fama de la cocina de Armenia, reforzada luego por las manos prodigiosas de «La China» Silvia Torres, y los mojitos, que adquirieron allí carta de ciudadanía internacional, hicieron el resto.

Por allí ha pasado todo el mundo, es un decir. Al igual que por el bar Vista al Golfo del Hotel Nacional, donde los embajadores del ron Havana Club, con el coctel que lleva el nombre del establecimiento hotelero en la mano, pudieron apreciar la extensa galería de fotos de famosos que adornan las paredes; clientes todos de la instalación.



Los invitados recorrieron La Habana en coches tirados por caballos, bicitaxis y grandes carrones convertibles. La noche final, después de la cena, les regaló una experiencia memorable: pudieron participar en un maridaje entre un Cohíba siglo VI y el ron Unión de Havana Club. Una combinación perfecta.

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