Cayo Santa María, en la región centro-norte cubana constituye la más
reciente propuesta del turismo cubano, moda bien justificada, debido a sus
bellezas e infraestructura. Ese escenario completa una serie de nuevas
propuestas de las autoridades turísticas del archipiélago cubano, que apuntan
más bien a modalidades de recreo vinculadas con la naturaleza, los deportes, y
la apreciación de las bellezas en descansos de manera activa.
Cayo Santa María constituye en la actualidad, uno de los puntos de recreo más sobresalientes, con muchos viajeros repitentes, sobre todo europeos. Paisaje, una infraestructura adecuada y una culinaria que resalta las recetas de la tradición criolla, pero adecuada a los valores de salud como patrones mundiales, caracterizan a este punto de la nación caribeña.
Si de moda se trata, el turismo también ocupa parte en ello. Sin embargo, apunta más bien a lugares que mucho tienen para exhibir, disfrutar y propiciar el reencuentro, como es el caso de Cayo Santa María, propuesta de una reciente bien justificada fama. Un sitio sumamente paradisíaco, con conservación del medio ambiente, y una estructura hotelera y de servicios aceptable, impulso adicional de una náutica recreativa de altos quilates.
Se trata de islotes de arenas blancas y aguas sumamente limpias, característica que acompaña a otros cayos, no menos famosos, de su derredor como es el caso de Ensenachos y Las Brujas, sugestivos nombres capaces de atraer al más escéptico. Para llegar al lugar, la manera ideal es a través de un camino sobre las aguas conocido por los cubanos como Pedraplén, de 48 kilómetros, que parte del poblado de Caibarién en el norte de la central provincia de Villa Clara.
Por si fuera poco, la otra novedad que acumulan estos lugares está en que son los tres únicos islotes cubanos unidos entre sí por viales. Además del disfrute que propone el sol y la playa son sitios ideales para el buceo, el snorkeling, paseos en yate y otras excursiones.
Completa la propuesta una marina con catamaranes y varios tipos de embarcaciones de donde se parte cada día a favor de excursiones, buceo contemplativo y pesca, otorgando a ese escenario un toque de distinción que muchos seleccionan al tomar vacaciones en Cuba. Desde la Bahía de Buenavista el paisaje es sorprendente, lugar considerado Refugio de Fauna con varias especies endémicas, contada la Jutía rata. Esa bahía limita con una amplia barrera coralina y por ese entorno se puede llegar a 500 cayuelos.
En particular, Cayo Santa María, cuenta con 13 kilómetros de largo y dos de ancho, para transformarlo en el más importante del grupo geográfico, con 18 kilómetros cuadrados, conocido como La Rosa Blanca de los Jardines del Rey.
Sus playas alcanzan 11 kilómetros, con nombres significativos como Perla Blanca, Las Caletas, Cañón y Cuatro Punta..Cayo Las Brujas alcanza 6,7 kilómetros cuadrados, con cuatro kilómetros de largo por 1,9 de ancho, refugio de flamencos, iguanas, cangrejos y muchos peces, donde se ubica un aeropuerto de enlace. Y Cayo Ensenachos, con una imagen virginal y forma de herradura, posee dos playas ineludibles: Ensenachos y El Mégano, con 22 especies endémicas en cuanto a flora y 39 de la fauna, antaño asentamiento aborigen, perfecto recodo para el descanso.
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