martes, 8 de abril de 2014

El timo de la leche a los turistas

Turistas en La Habana, Cuba



Hola, mis amigos, soy Maura, dueña de CASA MAURA ( ), mi casa particular en La Habana, dedicada al hospedaje de viajeros, una casa de renta con el concepto B&B, ubicada en la Habana Vieja.
Hoy voy a comenzar una especie de anecdotario, de lo que le ha sucedido a mis huéspedes en La Habana, algunas son graciosas y otras no, pero todas tienen una enseñanza que pueden servir cómo experiencias a próximos viajeros, por su puesto los nombres no son los reales de mis huéspedes para mantener su privacidad, también para hacerla mas amenas las he adornado un poco, creando una historia, pero la esencia de la experiencia es real. Muchas de ellas me han servido para luego aconsejar a mis huéspedes cuando llega por primera vez a mi casa o cuando nos estamos escribiendo por e-mail días previos a la llegada.

La leche

En el mes de enero, tuvimos una pareja de Holanda, Edgar y Esther, venían de otra casa de renta en el municipio de Centro Habana, que ellos habían reservado directamente, porque cuando me contactaron no tenia disponibilidad para todas las noches que querían estar en La Habana, cuando me contactan para reservar, a mi no me gusta decir simplemente no tengo disponibilidad, por eso es que siempre ofrezco una variante, recomendando alguna de las casas vecinas a la mía y que son buenas casas, con buenas familias, pero en esta ocasión Edgar y Esther, prefirieron confiar en sus instintos y buscaron otra casa para las noches que yo no tenía disponibilidad, que resultó ser una muy buena casa de alquiler, según ellos mismos me comentaron, pero un poco alejada de la habana vieja.
Resulta que la primera noche salieron a pasear por las calles de La Habana, descubriendo la maravillosa arquitectura de las fachadas, escondidas en la ausencia de mantenimiento de varias décadas, y solo el ojo experto de los curiosos pueden apreciar, estando ensimismados entre tanta belleza escondida, se les acercó una señora:
-       Señora: ¡hola amigos! ¿Italianos?
-       Edgar: no, Holanda.
-       Señora: (extendiéndole la mano para saludarlos), yo soy Maria, ¿hace mucho que llegaron a Cuba? (pregunta clave, así sabe que aun no saben mucho)
-       Edgar, si, recién llegamos.
-       Señora: ¿les gusta Cuba?
-       Edgar: Sí, mucho.
-       Señora: ¿ustedes me pueden ayudar?, tengo a mi mamá muy enferma y necesito leche pero no tengo dinero porque la leche es muy cara.
-       Edgar: (extendiéndole un billete de 5,00 cuc), mire señora para la leche.
-       Señora: no, no, yo no acepto dinero, mejor vienen conmigo a la tienda, es muy cerca, y ustedes mismos me compran la leche.
-       Edgar, está bien, ¿Dónde es?
Y fueron hasta la tienda, en la tienda, la señora se acerca al mostrador y le pide a la tendera.
-       Señora: señorita 3 bolsas de leche.
-       Edgar: maria yo solo tengo 10,00 cuc, no puedo comprar más.
-       Señora (molesta), ¿pero solo me puede comprar una bolsa?
-       Edgar: lo siento mucho no tenemos más dinero.
-       Señora: está bien, veré cómo puedo conseguir más leche para mi mamá, la pobre está muy enferma.
Salieron de la tienda, María para un lado, sin agradecer el gesto y Edgar y Esther siguieron otra dirección, pero ellos se quedaron con el corazón roto, por no poder ayudar más a la señora y decidieron buscarla para decirle que los esperara que ellos buscarían más dinero, pero vieron cómo la señora, que no los había visto, entraba a la tienda de nuevo y salía sin la bolsa de leche, acercándose a otros extranjeros, no entendieron nada.
No entendieron nada hasta que yo les comencé a explicar todo lo que le explico a mis huéspedes, le pregunté que si en la casa donde estuvieron anteriormente le explicaron lo de la estafa de la leche y me dijeron que no y me hicieron la historia que les acabo de contar. Entonces es que le expliqué, que eso es un tipo de estafa que hacen, no piden dinero directamente porque por lo general los turistas dan muy poco y al no aceptarlo pidiendo que le compren la leche en la tiendan, logran primero más dinero (una bolsa de 1 kg de leche en polvo cuesta 5,20 cuc) y segundo que el turista tenga más confianza que lo que quiere es la leche y no el dinero y en ocasiones son mas esplendidos, pero cuando el turista se va satisfecho por haber hecho una “buena acción”, ellos regresan a la tiendan y devuelven la leche (previo acuerdo con la tendera) y le entregan parte del dinero, otros venden la leche en la calle mas económica que en la tienda. El pretexto es diverso, para un familiar enfermo, para un niño, a veces están con un niño chiquito.
Si quieren comprarle a alguien leche o ayudarlo, háganlo consciente de que lo están haciendo, pero que es probable que no sea precisamente para leche, es probable que sea para comprarse una botella de ron.

1 comentario:

  1. ¡Excelente información Maura! ¡Saludos desde Chile!

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